La ropa de trabajo ignífuga son prendas diseñadas para proteger a los trabajadores de un breve contacto con las llamas y de, al menos, un tipo de calor. Existen cuatro tipos de calor diferentes en función de la manera de propagarse: convectivo, proviene del aire circundante producido por el calor realizado por la quema de fluidos; radiante, generado por una fuente de calor a una alta temperatura, por ejemplo, en un incendio, llamas de fuego controladas, hornos de metal fundido, donde todo el calor es absorbido por la masa y no por el aire circundante; conductivo, producido por el contacto directo con superficies calientes, tales como los metales u otros; salpicaduras de metal fundido o una combinación de todos ellos.
ROPA DE TRABAJO IGNÍFUGA - EN ISO 11612:2010
Según marca la norma, este tipo de ropa debe constar de
prendas exteriores, fabricadas a partir de materiales flexibles para proteger el cuerpo de la persona, excepto la manos. Para la protección de la cabeza y los pies deberán usarse polainas, capuces y cubrebotas; cualquier otro tipo de protector de manos, pies y cabeza están excluidos de la norma.
Este tipo de EPI no debe de ser combustible, deben resistir al calor externo por una fuente radiante o convectivo, deben mantener la integridad y la resistencia, toxicidad y transparencia de humos, y por supuesto, deben aportar comodidad al usuario.
Para uso en ambientes calurosos de efectos comparables a los de una temperatura ambiente inferior a 100ºC debemos usar las prendas de protección ignífuga de categoría II. Para uso en ambientes calurosos de efectos comparables a los de una temperatura ambiente mayor o igual a 100ºC, (con o sin radiación infrarroja), llamas o grandes proyecciones de material fundido usaremos las prendas de categoría III.
Además, la ropa de protección contra el calor y la llama
debe cumplir siempre con el requisito de propagación limitada de la llama (A1 o/y A2) y con, al menos, otro de los requisitos de transmisión térmica ( B, C, D, E o F).
Marcado
Todo esto deberá aparecer indicado en la etiqueta de la prenda de la siguiente manera:
el pictograma de la norma incorporando el número y la fecha de esta norma, así como los niveles de prestación alcanzados. Cuanto mayor sea el nivel de prestación, mayor será la protección relativa a la propiedad asociada.
Diseño de la prenda
Además de los requisitos técnicos debemos tener en cuenta una serie de cuestiones relativas al diseño de la prenda.
- La chaqueta debe de tener la longitud suficiente para solaparse al menos 20 cm con la parte superior de los pantalones. Este solapamiento mínimo debe mantenerse en todas las posiciones y movimientos esperados durante el uso.
- Si el traje ignífugo lleva bolsillos, estos deben estar fabricados de material resistente a los ensayos de propagación limitada de la llama.
- Los accesorios rígidos que sobresalgan de la capa exterior del traje de protección contra el calor y la llama no deben alcanzar la capa más interna de la ropa.
Requisitos para los trajes de protección contra las salpicaduras de metal fundido.
- Ni las mangas ni los bajos del pantalón pueden llevar dobladillo
- Los bolsillos exteriores, excepto los bolsillos laterales por debajo de la cintura que no formen un ángulo superior a los 10º con la costura lateral, deben estar cubiertos por solapas de al menos 20 mm más anchas que las aperturas de los bolsillos, para evitar que dichas solapas puedan introducirse en los bolsillos.
- los bolsillos de parche deben estar realizados a partir de materiales que cumplan los mismos niveles de protección que el resto de traje.
- Las costuras solapadas del exterior de las prendas deben estar orientadas hacia abajo y aseguradas en esta posición.
- Los cierres deben ser diseñados con una solapa de protección en el exterior del traje.
- La máxima distancia entre los agujeros para los botones debe de ser 150 mm.
- Si se utilizan cremalleras, deben estar diseñadas para frenarse cuando estén completamente cerradas.
ADVERTENCIAS
- En caso de salpicadura accidental de líquidos químicos o inflamables sobre la ropa, el usuario se deberá quitar inmediatamente las prendas, asegurándose de que no haya contacto con la piel y se procederá a la limpieza de las mismas.
- No estamos ante vestuario laboral para la lucha contra el fuego ni para el uso en procesos de soldadura y asociados. Su capacidad retardante se ve reducida si las prendas protectoras entran directamente en contacto con las llamas.
- Las prendas protectoras ignífugas no ofrecen en sí protección ante el choque eléctrico si no están certificadas explícitamente para ello.
- El efecto aislante a la electricidad de la ropa ignífuga puede verse reducido por el sudor, el agua y la humedad.
- La capacidad de protección de la ropa puede verse reducida por exceso de suciedad.
- El tipo de ropa interior utilizada bajo la ropa de protección es de gran importancia para la protección total.
- No usar detergentes naturales ni lejía para blanquear. Solo un detergente sintético puede garantizar la conservación del efecto protector. No usar suavizantes.
Además de la protección contra riesgos térmicos, en ocasiones estas prendas incorporan características adicionales como protección contra cargas electroestáticas (EN 1149) o alta visibilidad (EN 471:2003 + A1:2007) que abordaremos más adelante.
¿Te ha gustado este artículo? Compártelo en redes sociales