Los trabajos en espacios confinados conllevan una problemática de riesgos que obligan a tomar una serie de medidas preventivas más exigentes. Ante una situación de riesgo en un entorno confinado cualquier intento mal concebido para salvar a un compañero puede tener resultados realmente catastróficos, pudiendo ocasionar lesiones muy graves o incluso muertes.
Las normativas nacionales suelen requerir contar con un plan de rescate bien definido, específico para cada espacio confinado, documentado y revisado de manera periódica.
En el caso de tener que poner en práctica el plan de rescate se deben de seguir todos los pasos en él indicado. La persona que realice el rescate tiene que ser aquella designada en el plan y haber recibido previamente la formación adecuada para hacerla.
Existen tres tipos de rescates diferentes que deberán aplicarse por orden de relevancia. En primer lugar se debe intentar realizar un autorescate, si esto no es posible se realizará un rescate sin necesidad de entrar un tercero y, por último, un rescate con entrada cuando ninguna de las opciones anteriores sea posible. A continuación te explicamos detalladamente cada tipo de rescate.
El trabajador consigue rescatarse a sí mismo y sale de forma segura del espacio confinado por sus propios medios. Hablamos también de autorescate cuando el personal de entrada detecta que el EPI es defectuoso, se corta la comunicación con el personal de vigilancia o si se presenta otro tipo de peligro que pueda poner en riesgo a la persona que está atrapada.
Para asegurar el autorescate es necesario que todo el personal conozca y comprenda los riesgos potenciales y sepa detectar cualquier síntoma de peligro.
El personal de entrada y el de vigilancia tienen que mantener una buena comunicación entre ellos. La persona que entra debe de tener un sistema de respiración de escape o emergencia dentro del espacio confinado para usarlo en caso de que la calidad del aire disminuya.
Este tipo de rescate se realiza cuando la persona que está en el espacio confinado ha sufrido lesiones que no le permiten salir por su propio pie. El trabajador que realiza el rescate no entra en el espacio confinado sino que realiza el rescate desde el exterior.
La mayoría de las normas nacionales exigen contar con esta opción.
La persona que se encargue de realizar el rescate necesitará un sistema de recuperación que conste de sistemas de anclajes tales como un brazo pescante, trípode o poste elevador, arnés corporal, y dispositivos de conexión.
El rescate sin necesidad de entrar suele ser eficaz en espacios confinados verticales u horizontales simples.
En este caso los miembros del equipo de rescate entran en el espacio confinado para sacar a la persona atrapada. Todos los miembros que forman parte del rescate deben de contar con la formación necesaria sobre trabajos de rescate en espacios confinados.
Esta opción es viable cuando ninguna de las dos anteriores es posible. En este caso los miembros del equipo de rescate deben de contar con la debida formación sobre trabajos de rescate en espacios confinados y, al menos, una persona con certificación en RCP y primeros auxilios.
Todos aquellos que formen parte del rescate deben de estar bien informados del plan de rescate para espacios confinados y revisar las evaluaciones del peligro que se hayan realizado para ese espacio en concreto.
Es importante que una vez realizado el rescate se haga una valoración de lo sucedido, de cómo se ha actuado y del resultado para aprender todo lo posible de la experiencia y dejar constancia de ello.
Sistemas de anclaje
Soporte corporal
Dispositivos de conexión
Detección para monitorización del aire
Completa cobertura para el cuerpo del trabajador como gafas de seguridad, protección auditiva, cascos de seguridad, ropa de seguridad, guantes y calzado de seguridad.
Fuentes:
NTP 223: Trabajos en recintos confinados INSST
Guía de actuación inspectora en espacios confinados