Hoy en día pasamos gran parte de nuestro tiempo delante de una pantalla. En muchos sectores, los trabajadores interactúan constantemente con dispositivos electrónicos como ordenadores, tabletas y smartphones. Esta exposición prolongada a las pantallas, y concretamente a la luz azul ha demostrado ser un riesgo laboral por tener un impacto en la salud visual de los trabajadores. En este artículo, exploramos qué es la luz azul, cómo afecta nuestros ojos y cómo podemos protegernos adecuadamente para mantener una óptima seguridad laboral.
La luz azul es una parte del espectro de luz visible que tiene una longitud de onda corta y una alta energía. Forma parte de la luz natural que proviene del sol y también es emitida por fuentes artificiales, como las pantallas de dispositivos electrónicos como ordenadores, teléfonos móviles, tablets, televisores, entre otros.
Si bien la luz azul natural es esencial para regular nuestro ritmo circadiano, que es el reloj interno que controla nuestro ciclo de sueño y vigilia, la exposición excesiva a la luz de las pantallas de dispositivos electrónicos puede tener efectos negativos en nuestra visión y suponer un riesgo laboral.
Cuando pasamos largas horas frente a pantallas de visualización de datos, nuestros ojos están expuestos a niveles más altos de luz azul de lo que experimentaríamos naturalmente. Esto puede llevar a diversos efectos en la salud ocular, entre los que destacamos dos:
La fatiga visual digital es uno de los problemas más comunes asociados con la exposición a pantallas de visualización de datos. Los síntomas incluyen ojos secos, picor, ardor, visión borrosa y dolores de cabeza. Estos problemas pueden afectar negativamente la productividad y el bienestar de los trabajadores.
Un estudio publicado en el Journal of Ophthalmology examinó el impacto de la luz azul en la fatiga visual digital en trabajadores de oficina. Los participantes del estudio fueron divididos en dos grupos: uno que utilizó anteojos con filtro de luz azul y otro que no lo hizo. Tras un mes de observación, se observó que el grupo que utilizó anteojos con filtro de luz azul experimentó una reducción significativa en los síntomas de fatiga visual digital, en comparación con el otro grupo.
Se ha sugerido que la exposición prolongada a la luz azul puede contribuir al daño ocular a largo plazo, incluyendo el riesgo de desarrollar degeneración macular relacionada con la edad y cataratas.
Varias investigaciones han determinado que la exposición prolongada a la luz azul, especialmente en las horas nocturnas, puede suprimir la producción de melatonina, la hormona que regula el sueño. Esto puede perturbar nuestro ciclo de sueño y llevar a problemas de insomnio y dificultades para conciliar el sueño.
Ahora que conocemos los efectos de la luz azul en nuestras pantallas de visualización de datos, es crucial aprender cómo proteger nuestros ojos en el lugar de trabajo. Estas son las estrategias de prevención más efectivas:
Los filtros de luz azul pueden ayudar a reducir la cantidad que alcanza nuestros ojos. Estos dispositivos bloquean o absorben la luz nociva, proporcionando una capa adicional de protección para los trabajadores.
Es fundamental que los trabajadores tomen pausas regulares para descansar sus ojos. La regla "20-20-20" puede ser útil: cada 20 minutos, mirar durante 20 segundos a un objeto situado a unos 20 pies de distancia. Esto ayuda a reducir la fatiga visual y a prevenir molestias relacionadas con la luz azul en el lugar de trabajo.
Modificar la configuración de la pantalla, como el brillo y el contraste, puede reducir la cantidad de luz azul emitida. Además, activar el modo "noche" en dispositivos electrónicos durante las horas de la tarde y la noche disminuirá la emisión, lo que puede favorecer un mejor descanso y protección ocular en el lugar de trabajo.
Los ejercicios oculares suaves pueden ayudar a aliviar la tensión ocular y reducir la fatiga visual. Estos ejercicios pueden incluir parpadear frecuentemente, enfocar la mirada en objetos cercanos y lejanos, y realizar movimientos circulares con los ojos.
Las gafas de seguridad con protección de luz azul son un tipo de gafas de seguridad que incorporan filtros de luz azul para proteger los ojos de la exposición excesiva emitida por pantallas de dispositivos electrónicos y otras fuentes artificiales. Estas gafas están especialmente diseñadas para su uso en ambientes laborales donde los trabajadores pasan largas horas frente a pantallas de visualización de datos.
Estas gafas cuentan con lentes que incorporan filtros especiales que bloquean o reducen la cantidad de luz azul que llega a los ojos. Los filtros pueden estar hechos de diferentes materiales, como recubrimientos especiales aplicados a las lentes o lentes fabricadas con materiales que naturalmente bloquean la luz azul.
Las SILEX+ de Bollé Safety, son una buena solución para prevenir futuras lesiones oculares. Además de ofrecer una protección duradera contra el empañamiento y los arañazos, estas gafas están diseñadas para cubrir todas las actividades que requieren una exposición alternada a la luz alta y baja, y combaten eficazmente la luz azul.
Si quieres saber cómo cuidar y limpiar adecuadamente tus gafas de seguridad no te pierdas este artículo.
A medida que las tecnologías evolucionan y el uso de pantallas de visualización se vuelve más común en los lugares de trabajo, es esencial que las empresas sigan actualizando sus políticas de seguridad y salud para garantizar la protección integral de los trabajadores, cumpliendo con las normativas existentes y adaptándose a los desafíos actuales en materia de prevención.
En este contexto, la normativa como el Real Decreto 488/1997 desempeña un papel fundamental al establecer las bases para abordar riesgos laborales emergentes, como la exposición a la luz azul, y asegurar un entorno de trabajo seguro y saludable para todos los empleados. Esta normativa, que cuenta con más de veinte años de vigencia, es un referente para asegurar la seguridad y bienestar de los trabajadores en relación con la exposición a pantallas. Sin embargo, dada la evolución tecnológica que mencionamos, sería necesaria una actualización de la norma.
Lo cierto, es que la protección ocular en el lugar de trabajo no solo beneficia la salud visual de los trabajadores, sino que también puede mejorar la productividad y reducir el absentismo laboral debido a problemas oculares. Los empleados que se sienten cuidados y protegidos por su empresa tienen una mayor satisfacción laboral y están más comprometidos con su trabajo. En este sentido, la luz azul ha demostrado ser un riesgo laboral pero, ¿cómo abordarlo?
Es importante que las empresas implementen políticas de protección y prevención ocular que incluyan la provisión de filtros de luz azul y anteojos de protección a los trabajadores, especialmente aquellos que pasan largas horas frente a pantallas de visualización de datos. También es recomendable establecer pausas regulares y ofrecer exámenes de la vista periódicos para detectar problemas oculares a tiempo.
Fomentar una cultura de bienestar visual en el lugar de trabajo implica la promoción de prácticas saludables relacionadas con el uso de pantallas de visualización de datos. Esto puede incluir recordatorios para tomar pausas regulares, proporcionar información sobre ejercicios oculares y ofrecer sesiones de seguridad laboral orientadas a la concienciación y prevención y su impacto en la salud visual.
En definitiva, la exposición a la luz azul si supone un riesgo laboral que, debido a la evolución de las nuevas tecnologías, cada vez es más importante y afecta a más personas. Es por ello necesario trabajar a fondo en una normativa que contemple con mayor precisión este riesgo.