Trabajar al aire libre exige utilizar, además de una ropa de trabajo y un calzado de seguridad adecuados para la actividad que se desarrolla, unas gafas de seguridad que protejan los ojos frente a la radiación solar.
“¿Son realmente necesarias las gafas?”, se preguntan algunos. Sí, lo son. Los oftalmólogos aconsejan la utilización de gafas que reduzcan entre el 99 y el 100% de la radiación ultravioleta y del 75 al 90% de la radiación visible, para evitar reflejos excesivos. Además, las gafas de sol están consideradas como un Equipo de Protección Individual (EPI) de categoría I -de acuerdo con artículo 7, apartado f, del Real Decreto 1407/1992-.
La utilización de gafas de sol es necesaria siempre que una evaluación de riesgos determine la existencia de radiación solar “que no pueda evitarse o limitarse por medios técnicos de protección colectiva o mediante medidas o métodos de organización del trabajo”. Por eso es tan importante hacer hincapié en la necesidad de su uso, al igual que ocurre con la crema solar para proteger la piel.
Pero no todas las gafas de sol protegen de la misma manera frente a la radiación del sol, de los rayos ultravioleta (UV) y de cualquier otra agresión externa. Los oftalmólogos aconsejan usar lentes de cristal u orgánicas, nunca de plástico. Es importante fijarse en el código marcado en la propia montura o en el ocular de las gafas. Por ejemplo, si la primera cifra es un 5 o un 6 eso quiere decir que las gafas tienen filtro solar.
Marcado obligatorio de las gafas de seguridad
De acuerdo con las normas europeas de salud y seguridad, la montura deberá llevar obligatoriamente grabadas las siglas CE y la identificación del fabricante de las gafas (marca o logotipo) junto a la norma EN de utilización.
El marcado de la montura y/o los oculares debe incluir el número de grado para los oculares filtrantes y los símbolos por clase óptica y campo de utilización, por ejemplo para trabajar con metales fundidos o líquidos que podrían provocar salpicaduras.
Números y letras identificativos:
1. Confirma que el EPI tiene una calidad óptica perfecta, sin distorsiones de ningún tipo.
3. Indica la protección frente a gotitas o salpicaduras de líquidos.
4. Protege frente a grandes partículas de proyecciones (más de 5 micras).
5. Ofrece protección frente al gas y el polvo fino (menos de 5 micras).
8. Protección frente al arco eléctrico de cortocircuito.
9. Indica la protección frente a los metales fundidos y los sólidos calientes.
S. Indica que las gafas son muy sólidas (solidez reforzada) y son capaces de resistir el impacto de una bola de 22 mm y de 43 g que caiga desde 1,30 m de altura a 5,1 m/s.
A. Confirma que las gafas pueden resistir un impacto de alta energía, –una bola 6 mm y 0,86 g a 190 m/s-.
B. Indica la resistencia un impacto de energía media, -bola de 6 mm y 0,86 g que impacta a 120 m/s-.
F. Señala que el EPI puede resistir un impacto de baja energía -una bola de 6 mm y de 0,86 g a 45 m/s-.
T. Autoriza la utilización de las gafas en un entorno en el que las partículas se lanzan a gran velocidad a una temperatura extrema.
C. Indica que las gafas no alteran la percepción de los colores.
Además, hay algunas indicaciones opcionales, que muchos fabricantes también incluyen en el marcado de sus gafas de seguridad:
K. Indica la resistencia al deterioro de las superficies por finas partículas.
N. Señala que las gafas son resistentes frente al vaho, lo que garantiza una mejor visión.
Por otro lado, como ocurre con todos los EPI, la eficacia de las gafas de seguridad contra el riesgo depende del uso correcto que se haga de ellas, del conocimiento sobre los riesgos frente a los que protegen y de sus posibles limitaciones, así como del adecuado mantenimiento de las mismas. Las normas de uso y mantenimiento deben figurar en el folleto informativo del fabricante, que debe estar a disposición del usuario.