Los espacios confinados suponen todo un reto porque no existen dos exactamente iguales. Nos podemos encontrar con espacios confinados de diferentes tipos, tamaños, riesgos, incluso en distintos lugares de los centros de trabajo. Además, también pueden variar las normas, reglamentos y políticas de empresa que se tengan que aplicar.
Los rasgos comunes que convierten un recinto es un espacio confinado son:
Por un lado nos encontraremos con los riesgos específicos del propio espacio confinado, originados por una atmósfera peligrosa que puede dar lugar a los riesgos de asfixia, incendio o explosión e intoxicación.
Por otro lado, existen riesgos más generales que, al margen de la peligrosidad de la atmósfera interior, son debidos a las deficientes condiciones materiales del espacio como lugar de trabajo.
RIESGOS GENERALES
Riesgos debidos a la estrechez del espacio que pueden provocar atrapamiento, choques, golpes, caídas o malas posturas.
Riesgos mecánicos: Debidos a equipos que pueden ponerse en marcha intempestivamente
Riesgos de electrocución por contacto con partes metálicas que accidentalmente pueden estar en tensión.
Caídas
Ambiente físico agresivo. Ambiente caluroso o frío. Ruido y vibraciones (martillos neumáticos, amoladoras rotativas, etc.). iluminación deficiente.
Riesgos derivados de problemas de comunicación entre el interior y el exterior.
A todo esto debemos añadir los riesgos a causa de la propia tarea que se está realizando.
El primer paso para que un trabajador esté protegido en un espacio confinado es que la empresa haya realizado una evaluación de riesgos exhaustiva y haya identificado el tipo de formación, equipos de protección individual y personas necesarias para poder gestionar con seguridad todas las entradas y salidas.
Antes de que un trabajador entre en un espacio confinado un supervisor tiene que proporcionarle las instrucciones previas necesarias, revisar las tareas que tiene que realizar, determinar los métodos, permisos, tiempo que durará cada tarea y los protocolos de emergencia. Es de vital importancia que todas las personas implicadas hayan comprendido toda la información y si fuera necesario un equipo de comunicación con el exterior.
Los espacios confinados pueden ser dinámicos, por tanto, habrá que realizar una evaluación de riesgos durante su inspección previa al trabajo cada vez que alguien vaya a entrar.
Evaluar el aire antes de acceder es imprescindible para comprobar la existencia de atmósferas asfixiantes, tóxicas e inflamables o explosivas.
Y por supuesto se ha de acceder con el equipamiento necesario. La diversidad de los espacios confinados, los puntos de acceso, las entradas horizontales o verticales requerirán equipos de acceso diferentes. Por ejemplo, trípodes, brazos pescantes, postes elevadores, cabrestantes y SRL de recuperación.
Fuentes:
NTP 223: Trabajos en recintos confinados INSST
Guía de actuación inspectora en espacios confinados