Un equipo de protección en altura tiene el objetivo de proteger al usuario frente posible caídas, limitando la fuerza del impacto sobre su cuerpo. Para que el equipo cumpla el objetivo es imprescindible que se encuentre en plenas condiciones, es por ello, que debemos revisar que todo funciona correctamente y no suponga ningún riesgo para el usuario.
Debemos revisar desde los arneses hasta los equipos de amarre y conectores. Asegurándonos que no hay cortes ni quemaduras en la cuerda o en las cintas, que los conectores no están oxidados, que no ha sufrido un desgaste inusual, y verificando que ha cumplido las normas de mantenimiento.
Es necesario conocer el plazo de caducidad del equipo, las revisiones que debe pasar, guardar los documentos que certifican su estado e inspeccionar, con regularidad, los conectores de anclaje, el aparejo y los dispositivos de conexión.
Estado general de los elementos móviles como levas, gatillos o muelles. Y es muy importante asegurarse que los remaches y los tornillos no presentan fisuras ni holguras.
Cada equipo puede tener peculiaridades en función del fabricante, es por ello, muy importante seguir las instrucciones y recomendaciones que manda el fabricante.
Hay que mirar las cintas por ambos lados, prestando especial atención a las zonas que puedan quedar ocultas por otros elementos del equipo de protección.
Es muy importante que las cintas no estén manchadas, quemadas, ni pintadas ya que el equipo quedaría inservible, es habitual que los trabajadores marquen con un rotulador su nombre en las cintas, error, para ello existe un apartado de plástico donde colocar una etiqueta con el nombre.
En el caso de los arneses se deberá seguir siempre un orden en la revisión ya que son equipos muy delicados de revisar. Por ejemplo, empezar por las hombreras y no pasar a las perneras o al cinturón de sujeción sin haber revisado lo primero al completo.
Se ha de tener en cuenta que los arneses pueden tener componentes que no tienen que soportar cargas, como las gomas de ajuste, los acolchados o los ribeteados. Estos elemento no son críticos y, a veces, están diseñados para soportar el desgaste y proteger otros componentes que sí son críticos.
Fundamentalmente, que las cintas no tienen ningún corte lateral, que no se observan roces y que las costuras, siempre en un color diferente al de la cinta para que sea fácil revisarlas, están en buen estado. Si muestran signos de dilatación no deberá usarse el equipo.
Hay que mirar las cintas por ambos lados, prestando especial atención a las zonas que puedan quedar ocultas por otros elementos del equipo de protección.
Es muy importante que las cintas no estén manchadas, quemadas, ni pintadas ya que el equipo quedaría inservible, es habitual que los trabajadores marquen con un rotulador su nombre en las cintas, error, para ello existe un apartado de plástico donde colocar una etiqueta con el nombre.
En el caso de los arneses se deberá seguir siempre un orden en la revisión ya que son equipos muy delicados de revisar. Por ejemplo, empezar por las hombreras y no pasar a las perneras o al cinturón de sujeción sin haber revisado lo primero al completo.
Se ha de tener en cuenta que los arneses pueden tener componentes que no tienen que soportar cargas, como las gomas de ajuste, los acolchados o los ribeteados. Estos elemento no son críticos y, a veces, están diseñados para soportar el desgaste y proteger otros componentes que sí son críticos.
Además, hay que comprobar que las anillas no están dobladas u oxidadas ni presentan fisuras; y que las hebillas, trabillas y portamateriales están en buen estado.
Si surgen dudas sobre el estado de cualquiera de estos elementos y se teme que haya riesgo de perder su eficacia protectora, no debemos utilizar el equipo y hay que entregar el equipo a un superior, tal como marca el Real Decreto 773/1997, que señala que el trabajador debe “informar de inmediato a su superior jerárquico directo de cualquier defecto, anomalía o daño apreciado en el equipo de protección individual utilizado que, a su juicio, pueda entrañar una pérdida de su eficacia protectora”.
Por otra parte, además de todas estas comprobaciones, es necesario asegurarse del correcto almacenamiento, mantenimiento y limpieza del equipo. El lugar escogido para el almacenamiento debe estar limpio y seco, además de alejado de agentes corrosivos y emanaciones.
En cuanto al propio equipo, es necesario limpiarlo periódicamente con un paño húmedo y detergente suave y secarlo con una toalla o un paño seco, sin exponerlo a fuentes de calor, vapor o luz solar por mucho tiempo. De esta forma alargaremos su vida útil.
Si quieres saber más sobre la periodicidad de las revisiones de los equipos de protección en altura no te pierdas el siguiente artículo ¿Cada cuánto tiempo hay que revisar un equipo anticaídas?