Los productos químicos y biológicos pueden ser una amenaza para la salud y la seguridad de quienes trabajan con ellos. Por ello, la elección del traje de protección es fundamental para garantizar una protección efectiva. Todos los trajes desechables –de uso limitado- que se utilizan para trabajar con productos químicos o biológicos son de categoría 3: la máxima categoría, para riesgos elevados e, incluso, mortales. Hay otras dos categorías: la categoría 1, para riesgos mínimos; y la categoría 2, para riesgos medios.
Pero, además de la categoría, es importante conocer los distintos tipos en que se dividen estos trajes para poder escoger aquel que garantice la protección frente al riesgo al que nos vamos a exponer. Uno de los factores de selección es la forma en que se presenta el producto frente al que nos debemos proteger, si se trata de un sólido –polvo, partículas en suspensión o fibras-, un líquido o un gas. También hay que tener en cuenta si es necesario protegerse de partículas radiactivas, agentes químicos o agentes biológicos.
Al margen de los tipos de protección, hay que saber si es necesario proteger con especial cuidado una determinada parte del cuerpo, las manos o los pies por ejemplo. Si es necesario que el material del traje sea altamente transpirable –puede tener, por ejemplo, tres capas de polipropileno, una central que actúa como barrera química y dos exteriores que ofrecen suavidad, transpirabilidad y comodidad- o que tenga cremallera de doble sentido, puños tejidos para garantizar un buen ajuste o tobillos, cintura y ajuste de capucha elásticos para permitir la libertad de movimientos. O si las prendas que necesitamos deben ser antiestáticas, antipatógenas o antiradiactivas.
Manguitos, mandiles y otras prendas de protección parcial
Algunas prendas del tipo 3, 4 y 5 están diseñadas para proteger especialmente determinadas partes del cuerpo –una o varias, según el caso- particularmente expuestas al riesgo, como ocurre con los manguitos, mandiles o batas de laboratorio.
Propiedades antiestáticas y antipatógenas
Aunque las normas específicas para las prendas de protección contra productos químicos no especifican que se deban cumplir requisitos de protección antiestática (norma EN 1149-1/EN 1149-5), es muy habitual que estas prendas incorporen propiedades que impidan la acumulación de cargas electrostáticas o de propagación limitada de llama (norma ISO 14116).
Algo parecido ocurre con la protección contra contaminación por partículas radioactivas (norma EN 1073-2), y con los patógenos: algunas prendas han pasado pruebas para garantizar que protegen al usuario frente al riesgo biológico (norma EN 14126) de los agentes patógenos de la sangre.