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¿Qué es una zona ATEX?

Una zona ATEX es un entorno de trabajo en el que debido a la concentración de gases y/o polvos inherentes a la actividad de la empresa existe un riesgo potencial de explosiones. La presencia en la atmósfera de sustancias inflamables puede ocasionar una combustión exotérmica u explosiones que, en la mayoría de los casos, suelen […]

Una zona ATEX es un entorno de trabajo en el que debido a la concentración de gases y/o polvos inherentes a la actividad de la empresa existe un riesgo potencial de explosiones. La presencia en la atmósfera de sustancias inflamables puede ocasionar una combustión exotérmica u explosiones que, en la mayoría de los casos, suelen ser violentas y ardientes, dando lugar a la propagación inmediata de llamas, como en el sector petrolero, gasífero o energético, por lo que se han desarrollado una serie de normativas para prevenir o mitigar las explosiones en las zonas Atex.

El acrónimo de ATEX proviene de las siglas “ATmósfera EXplosiva”. La directiva ATEX nace en la UE y entra en vigor a partir del Real Decreto 681/2003, de 12 de junio. Esta directiva define los equipamientos y sistemas de protección necesarios en aquellas zonas de trabajo que se consideren de riesgo por ser propensas a formaciones de “atmósferas explosivas”.

Tipos de atmósferas explosivas

Según el estado físico en el que se esparcen las partículas inflamables, las atmósferas explosivas pueden ser de dos tipos:

  • Atmósfera de gas explosivas. Se produce en entornos donde hay partículas en suspensión inflamables en estado gaseoso.
  • Atmósfera con polvo explosivo. En este caso, el aire se mezcla con sustancias inflamables en forma de polvo o fibras.

En España, la prevención en las zonas ATEX se rige esencialmente por dos directivas de la Unión Europea relacionadas con la prevención de explosiones en entornos peligrosos. Concretamente, por la Directiva 2014/34/UE y el Real Decreto 681/2003, donde se detallan las normas de protección de la salud y la seguridad de los trabajadores expuestos a los riesgos derivados de atmósferas explosivas en el lugar de trabajo.

Básicamente, en las zonas ATEX es obligatorio que los operarios y trabajadores empleen protecciones, como gafas de seguridad que, al posibilitar una carga electrostática reducida, limiten el riesgo de que se produzcan chispas. Además, es conveniente señalar que los productos no eléctricos que no poseen su propia fuente de ignición, no tienen un marcado ꣖᥊, ya que no se ajustan a la norma.

Cómo identificar una zona ATEX

Para identificar una zona ATEX, es preciso realizar una evaluación de riesgos en el lugar de trabajo. La identificación implica la colaboración de expertos en seguridad y debe seguir una serie de pasos:

  1. Identificar y clasificar las fuentes potencialmente inflamables, como gases inflamables, vapores, polvos combustibles o sustancias inflamables.
  2. Determinar la probabilidad de que las fuentes de inflamación coexistan con el aire en cantidades peligrosas.
  3. Definir y delimitar las zonas ATEX atendiendo a la probabilidad de que ocurra una atmósfera explosiva.
  4. Marcar y etiquetar claramente las áreas en función de su clasificación ATEX para que los trabajadores sean conscientes de los riesgos.
  5. Implementar medidas de seguridad apropiadas, como el uso de equipos eléctricos y mecánicos a prueba de explosiones, la eliminación de fuentes de ignición, la ventilación adecuada y la capacitación del personal.

Clasificación de zonas ATEX

Existen seis clasificaciones de las áreas ATEX, que se realizan atendiendo a la frecuencia con la que se las partículas microscópicas inflamables se mezclan con el aire.

Áreas con riesgo de gases o vapores inflamables

En estas zonas se debe reducir el número de las zonas de riesgo, así como minimizar la presencia de equipos eléctricos y garantizar la seguridad de los mismos.

  • Zona 0. Con presencia permanente o por largos periodos de tiempo de una atmósfera explosiva que consiste en una mezcla con aire de sustancias inflamables en estado gaseoso. Se produce en zonas de trasvase de líquidos explosivos, cabinas de pintura, almacenes de disolventes, etc. 
  • Zona 1. En esta zona puede haber un riesgo significativo de que se produzca una atmósfera explosiva ocasionalmente y en condiciones normales de operación.
  • Zona 2. Esta es la zona que presenta un menor riesgo de explosión. Por tanto, la presencia de una atmósfera explosiva es poco probable y, si sucede, es de corta duración.

Áreas con riesgo de polvo combustible en el ambiente

Como medidas de seguridad en estas zonas se debe evitar la ventilación y levantamiento de polvo, así como realizar una limpieza periódica en las zonas donde se pueda generar el polvo. Además, los equipos eléctricos deben estar protegidos contra la entrada de polvo y regular las temperaturas máximas de trabajo de dichos equipos.

  • Zona 20. Es aquella en la que hay o puede haber polvo combustible durante las operaciones normales de funcionamiento, puesta en marcha o limpieza, en cantidad suficiente para producir una atmósfera explosiva, como en silos de cereales, molinos, plantas de tratamiento de carbón, plantas de fertilizantes, etc. 
  • Zona 21. La formación de la capa o nube de polvo opera en condiciones normales de trabajo.
  • Zona 22. La presencia de la capa o nube de polvo es improbable, y de ocurrir se da en cortos periodos de tiempo.

Normativas que regulan las zonas ATEX

En nuestro país, las áreas ATEX están reguladas por los siguientes decretos y reglamentos:

  • El Real Decreto (RD) 681/2003 establece una serie de requisitos, entre ellos la obligación de contar con un Documento de Protección Contra Explosiones (DOPEX o DPCE). Este documento contiene disposiciones destinadas a proteger la seguridad y salud de los trabajadores que puedan estar expuestos a riesgos en las zonas ATEX. Además, establece los requisitos mínimos que deben cumplirse.
  • El Real Decreto (RD) 1215/1997 proporciona pautas para garantizar el uso seguro de equipos de trabajo en las zonas ATEX. Estas directrices son fundamentales para prevenir riesgos en estos entornos peligrosos.
  • El Real Decreto (RD) 400/1996 establece las normativas relacionadas con la disposición de equipos y sistemas de protección que se utilizan en las zonas ATEX. Esto contribuye a mantener un ambiente de trabajo seguro.
  • El Real Decreto (RD) 681/2003, además de lo mencionado anteriormente, incluye disposiciones específicas para situaciones en las que el equipo no está certificado o fue fabricado antes del 01/07/2003. Esto es importante para garantizar la seguridad en zonas ATEX con equipos heredados o no certificados.
  • El Reglamento Electrotécnico de Baja Tensión se enfoca en la correcta selección e instalación de dispositivos eléctricos que proporcionen un nivel de seguridad adecuado en zonas ATEX. Esto es esencial para prevenir peligros relacionados con la electricidad en estos entornos.

Además, se ajustan a las normativas de la Unión Europea, que incluyen:

  • La norma UNE-EN-60079-10-1 tiene como objetivo la clasificación de zonas, con el fin de reducir al mínimo la extensión de áreas peligrosas y garantizar una mayor seguridad mediante la implementación de medidas adecuadas.
  • La Directiva ATEX 94/9/CE establece las adaptaciones que deben cumplir los dispositivos fabricados e implementados antes del 1 de julio de 2003 para cumplir con las regulaciones de seguridad en zonas ATEX.
  • La Directiva ATEX 95 (2014/34/CE) aborda, entre otros aspectos, la responsabilidad del fabricante en el cumplimiento de esta normativa, que incluye dispositivos tanto mecánicos como eléctricos.
  • La Directiva ATEX 137 es una disposición complementaria destinada a mejorar la salud y la seguridad de los trabajadores. Esta normativa incluye la definición de zonas mínimas, la clasificación de áreas peligrosas y la utilización de símbolos de advertencia en estas zonas, contribuyendo así a un entorno laboral más seguro.

No cabe duda de que la acción más importante es evaluar los riesgos de explosión, elaborando un documento de protección contra explosiones que permita clasificar las áreas en las que pueda formarse una zona ATEX.

En los casos en que esto no sea posible, será necesario evaluar el riesgo, identificando todas las sustancias susceptibles de formar una zona ATX, así como analizar las instalaciones, los procesos industriales, el estado e interacción de los equipos y, sobre todo, los puntos y las actividades que puedan dar lugar a la mezcla de sustancias inflamables con el aire.

Prevención de riesgos en zonas ATEX

Las zonas ATEX deben estar convenientemente aseguradas. Según el Real Decreto 681/2003, es el empresario el principal responsable de tomar las medidas que sean necesarias para garantizar la seguridad de todos sus trabajadores, entre las que se incluyen:

  • La realización de evaluaciones integrales para identificar los riesgos de explosión en el entorno laboral.
  • La elaboración de un documento de protección contra las explosiones que contemple las medidas necesarias para prevenir los incidentes relacionados con estas.
  • La clasificación de las zonas en diferentes áreas de trabajo en función del riesgo de explosión, con el objetivo de aplicar las medidas adecuadas en cada caso.
  • La coordinación e implementación de medidas de seguridad y salud de los trabajadores cuando en un mismo lugar de trabajo haya empleados de diferentes empresas, garantizando así un ambiente de trabajo seguro y coordinado.
  • La adecuada señalización de aquellas áreas donde exista riesgo de atmósferas peligrosas, de manera que se advierta claramente a los trabajadores sobre la presencia de peligros potenciales.

Conclusiones

La seguridad en entornos potencialmente explosivos es una preocupación fundamental en numerosos sectores, y las zonas ATEX desempeñan un papel crucial en la mitigación de riesgos. A lo largo de este artículo, hemos explorado en detalle qué son las zonas ATEX, cómo se clasifican y las medidas necesarias para garantizar la seguridad en estos entornos.

Es innegable que la implementación adecuada de las directivas ATEX es esencial para salvar la vida de los trabajadores y la integridad de las instalaciones en áreas potencialmente explosivas.

En un mundo donde la seguridad es fundamental, la conciencia y la acción proactiva en relación con las zonas ATEX son esenciales. Mantenerse actualizado con las últimas regulaciones y tecnologías en zonas ATEX es un paso esencial hacia este objetivo.

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