¿Cuáles son los riesgos de usar zapatos de seguridad desgastados?

El calzado de seguridad laboral es una de las piezas más importantes del equipo de protección individual (EPI) en muchos entornos laborales. Su principal función es proteger nuestros pies frente a una amplia gama de riesgos, desde impactos y aplastamientos hasta perforaciones y resbalones. Sin embargo, muchas veces no se tiene en cuenta que, con el tiempo, este calzado se desgasta y pierde sus propiedades protectoras, lo que puede aumentar drásticamente el riesgo de sufrir accidentes y problemas de salud.

¿Por qué es peligroso trabajar con zapatos de seguridad desgastados? A continuación, exploramos los principales riesgos asociados y cómo identificarlos a tiempo.

Riesgos de usar calzado de seguridad desgastado

Mayor riesgo de lesiones en los pies

Uno de los principales riesgos de usar zapatos de seguridad en mal estado es el aumento de las probabilidades de sufrir una lesión en los pies. Las características protectoras del zapato, como la puntera de acero o la suela anti-perforación, pierden efectividad con el desgaste, lo que deja el pie más expuesto a impactos, aplastamientos o perforaciones. 

Por ejemplo, en sectores como la construcción o la industria pesada, la exposición a objetos pesados y afilados es común. Según el Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST), el 7% de los accidentes laborales con baja están relacionados con golpes y atrapamientos en los pies. Un calzado deteriorado aumenta significativamente este riesgo.

Mayor riesgo de caídas y resbalones

La suela del calzado de seguridad juega un papel fundamental en la estabilidad y el agarre en superficies resbaladizas o irregulares. Con el tiempo, el desgaste de la suela reduce su adherencia, lo que aumenta las probabilidades de caídas y resbalones, especialmente en áreas de trabajo con suelos mojados, aceitosos o con superficies inclinadas.

Las estadísticas indican que el 25% de los accidentes laborales con baja son causados por caídas y resbalones. En muchos casos, el factor determinante es un calzado inadecuado o en mal estado.

Señales de desgaste en la suela:

  • Pérdida de dibujo o patrón antideslizante.
  • Suela demasiado lisa o agrietada.
  • Desprendimiento de partes del material.

Si notas alguno de estos signos, es momento de reemplazar el calzado.

Mayor exposición a hongos y bacterias

Otro de los riesgos de usar calzado de seguridad desgastado es la posible acumulación de humedad en el interior del zapato. Cuando el sistema de impermeabilización deja de funcionar correctamente, los pies pueden quedar expuestos a condiciones húmedas y cálidas, lo que favorece la aparición de hongos y bacterias.

Las infecciones por hongos, como el pie de atleta, son una causa común de molestias en los trabajadores y pueden generar irritación, mal olor e incluso infecciones más graves. Para evitarlo, es clave elegir un calzado transpirable y mantener un buen mantenimiento.

Dolor y mala postura

El calzado desgastado también puede afectar la comodidad y la salud general de los pies. Las plantillas y suelas interiores pierden amortiguación, lo que genera una distribución inadecuada del peso y afecta la postura del trabajador.

Los efectos de un calzado en mal estado pueden incluir:

  • Dolor en los pies y tobillos.
  • Molestias en las rodillas y la zona lumbar.
  • Fatiga muscular y menor productividad.

Si un trabajador pasa 8 horas diarias con un calzado de seguridad sin soporte adecuado, su rendimiento y bienestar se verán comprometidos.

¿Cuándo hay que cambiar el calzado de seguridad?

Es fundamental realizar inspecciones regulares para detectar signos de desgaste. Aquí tienes una lista de verificación rápida para saber cuándo cambiar tu calzado:

  • Suela desgastada: pérdida de tracción, grietas o desprendimiento de material.
  • Puntera dañada: abolladuras o exposición del metal.
  • Costuras o materiales rotos: filtraciones de agua o roturas visibles.
  • Falta de comodidad: molestias persistentes tras varias horas de uso.

Además, según la normativa EN ISO 20345, el calzado de seguridad debe garantizar protección efectiva. Si el calzado no cumple con estos requisitos, debe ser reemplazado para evitar riesgos laborales.

El calzado de seguridad adecuado es una inversión en protección y bienestar. Cuando un zapato de seguridad se desgasta, pierde su capacidad de protección y puede generar accidentes, problemas de salud y disminución del rendimiento laboral.

Para garantizar la seguridad de los trabajadores, es fundamental realizar un mantenimiento regular, inspeccionar el calzado periódicamente y reemplazarlo cuando sea necesario. No pongas en riesgo tu salud y la de tus compañeros: un calzado en buen estado es clave para un entorno de trabajo seguro y eficiente.

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