
Protocolo de estrés térmico
Cómo prevenir golpes de calor y la fatiga térmica
En los últimos años, España ha experimentado un aumento significativo de las temperaturas, con olas de calor más frecuentes, intensas y prolongadas. Esta realidad, impulsada por el cambio climático, ha convertido el estrés térmico en un riesgo laboral cada vez más habitual, incluso en zonas donde antes no era una preocupación prioritaria.
Sectores como la construcción, la agricultura, la minería o cualquier actividad al aire libre se ven especialmente afectados por este fenómeno. Para garantizar la seguridad y el bienestar de los empleados, es fundamental contar con un Protocolo de estrés térmico. En este artículo explicamos qué es, qué dice la ley al respecto, cómo aplicarlo y en qué sectores es obligatorio.
¿Qué es el Protocolo de Estrés Térmico?
El Protocolo de Estrés Térmico es un conjunto de medidas preventivas diseñadas para reducir los efectos negativos del calor en la salud de los trabajadores. Su objetivo principal es identificar, evaluar y controlar los riesgos derivados de la exposición a temperaturas extremas, garantizando así condiciones laborales seguras.
Este protocolo no solo contempla acciones correctivas en momentos de calor extremo, sino que también establece medidas organizativas, técnicas y formativas que deben aplicarse de forma preventiva en las empresas más expuestas.
¿Qué es el estrés térmico laboral y cómo afecta a los trabajadores?
El estrés térmico laboral ocurre cuando los trabajadores están expuestos a temperaturas extremas, ya sean frías o cálidas, que dificultan la capacidad del cuerpo para mantener una temperatura interna saludable. En el caso de las altas temperaturas, el cuerpo humano puede tener dificultades para regular la sudoración y la circulación sanguínea, lo que provoca una sobrecalentamiento. Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la exposición prolongada al calor intenso puede desencadenar agotamiento, golpes de calor, deshidratación y otros problemas graves de salud.
El estrés térmico no solo afecta la salud física de los trabajadores, sino que también puede influir en su rendimiento cognitivo y aumentar el riesgo de accidentes laborales. La exposición al calor puede causar fatiga, mareos, náuseas y falta de concentración, lo que aumenta la probabilidad de cometer errores y sufrir accidentes. Los trabajadores expuestos al calor tienen un mayor riesgo de sufrir golpes de calor, que pueden ser potencialmente mortales si no se detectan y tratan a tiempo.
¿Qué dice la legislación sobre el estrés térmico en España?
En España, la Ley 31/1995 de Prevención de Riesgos Laborales establece la obligación del empleador de garantizar la seguridad y salud de los trabajadores en todos los aspectos relacionados con el trabajo, incluido el estrés térmico. Además, el Real Decreto 486/1997, sobre disposiciones mínimas de seguridad y salud en los lugares de trabajo, establece que la temperatura en interiores debe mantenerse dentro de ciertos rangos para evitar riesgos térmicos.
El Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST) recomienda el uso del Índice WBGT (Wet Bulb Globe Temperature) para evaluar el nivel de riesgo térmico en el entorno laboral y establecer medidas de control.
Desde 2023, España ha reforzado su marco normativo para abordar el riesgo de exposición al calor en el trabajo. El Real Decreto-ley 4/2023, publicado en respuesta al incremento de olas de calor, establece que las empresas deben adaptar las condiciones laborales cuando se emitan avisos de riesgo por altas temperaturas por parte de la AEMET. Esta actualización obliga a implementar medidas específicas —como cambios de horario o refuerzo de protecciones— cuando se trabaja al aire libre o en lugares que no puedan mantenerse a temperatura adecuada.
¿Quién debe aplicar el Protocolo de estrés térmico y en qué sectores es obligatorio?
El protocolo debe ser aplicado por todas las empresas cuyos trabajadores estén expuestos a altas temperaturas o condiciones de calor extremo. Los sectores más afectados incluyen:
- Construcción y obras públicas.
- Industria metalúrgica y manufacturera.
- Agricultura y ganadería.
- Transporte y logística.
- Servicios de emergencia y cuerpos de seguridad.
- Hostelería y restauración en zonas de alta temperatura.
¿Cómo aplicar el Protocolo de estrés térmico?
Un protocolo eficaz debe contemplar medidas organizativas, técnicas y personales para minimizar el impacto del calor en los trabajadores. Entre las principales acciones destacan:
1. Evaluación y control del riesgo térmico
- Identificar los puestos de trabajo con mayor exposición al calor.
- Analizar factores como temperatura ambiental, humedad, carga física del trabajo y tiempo de exposición.
- Aplicar el Índice WBGT para evaluar la carga térmica en el entorno laboral.
2. Medidas preventivas para minimizar el estrés térmico
- Organización del trabajo: Adaptar los horarios laborales para evitar las horas de mayor temperatura y establecer pausas en zonas frescas o con sombra.
- Equipos de Protección Individual (EPI): Uso de ropa transpirable y ligera, además de elementos como gorros, gafas de sol y cremas de protección solar.
- Hidratación y alimentación: Garantizar el acceso constante a agua fresca y promover una alimentación ligera y adecuada.
3. Formación y sensibilización del personal
- Capacitar a los trabajadores y responsables sobre los riesgos del calor y las estrategias para prevenirlos.
- Informar sobre los síntomas del golpe de calor y la importancia de actuar rápidamente en caso de emergencia.
4. Protocolos de emergencia y actuación inmediata
- Establecer procedimientos claros para atender casos de golpe de calor o deshidratación severa.
- Contar con personal capacitado en primeros auxilios en cada turno de trabajo.
La importancia de los EPIs en la protección contra el estrés térmico
La mejor manera de prevenir el estrés térmico es asegurarse de que los trabajadores utilicen la equipación adecuada para protegerse del calor extremo. Estos equipos no solo protegen la piel y el cuerpo de las altas temperaturas, sino que también ayudan a mantener el confort térmico durante la jornada laboral.
Según expertos en seguridad laboral, los equipos de protección deben ser diseñados para permitir la transpiración, para que el sudor se evapore y el cuerpo pueda mantener su temperatura interna estable. Además, es importante que los EPIs sean ligeros y transpirables para evitar que los trabajadores se sobrecalienten mientras realizan su trabajo. El vestuario con tejidos ligeros y transpirables, cascos ventilados, chalecos refrigerantes o las pulseras de prevención de golpes de calor son solo algunos ejemplos de equipos que pueden marcar la diferencia en la prevención del estrés térmico.
El estrés térmico es un desafío que requiere estrategias preventivas bien planificadas. En RG Iberia, apoyamos a las empresas en la implementación de medidas de prevención, ofreciendo soluciones en vestuario laboral y EPIs diseñados para condiciones extremas.
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